Hace unos días que Elizabeth Driscoll (Brooke Adams) nota algo raro en el comportamiento de su novio, el doctor Geoffrey Howell (Art Hindle). La chica lo comenta con algunos de sus compañeros de trabajo pero no le hacen mucho caso, hasta que descubren a un clon del doctor Howell vagando por el hospital. De inmediato intentan avisar a Elizabeth, pero ya es demasiado tarde: la invasión de los ultracuerpos ha comenzado y ella encuentra una réplica de sí misma en su propio apartamento.

Una comedia fantástica con unas pretensiones muy superiores a sus resultados, ya que pretendía infructuosamente esbozar una sátira de su época. El protagonista, convertido en superhéroe después de ser asesinado, encarna supuestamente los valores de la contracultura, pero casi nadie se entera. Demuestra como la torpeza puede malograr las mejores intenciones.